jueves, 1 de diciembre de 2011

01 - La doncella escondida



La pintura escondida.

    —En este momento comienzo a grabar, estoy entrando en la vieja casona abandonada, sobre la calle roble #19— Decía una investigadora para una revista de escépticos, a una grabadora de bolsillo que sostenía en su mano— La casa ha estado abandonada por, increíbles, 100 años y hoy, 2 de diciembre del 2011, la puerta se abre por primera vez en, al menos, 40 años. Nadie quiere venderla, Nadie se atreve a entrar —Continúa hablando mientras llega al portal de la entrada — La leyenda cuenta que ninguna persona que haya entrado en la casa se le ha visto salir, por supuesto hoy comprobaremos lo contrario—.

    La joven investigadora sacó de una mochila que tenía en su espalda una rígida barra de acero y la utilizó para hacer palanca en la cerradura— Ahora veremos si esta casa es tan especial como las demás o si la única diferencia es que tiene una historia detrás de ella…— Al momento de aplicarle fuerza, la puerta se abrió de par en par, pero nada se rompió y la cerradura no fue forzada—. Parece ser que la puerta estuvo entre abierta todo este tiempo, veamos qué misterios encontramos entre tanta polvareda— continuó grabando cada palabra para su revista.

    Una luz irrumpió la oscuridad dentro de la casa. Lo primero que se veía era una escalera central que llevaba al piso superior y el polvo elevándose como una neblina fantasmal — Todo está empolvado y hay telarañas… ¡Hermoso! — Decía irónicamente—  El detalle de las cortinas blancas rotas es notable. Puedo ver una manta justo en la pared de enfrente, subiendo por la escalera. Debo suponer que hay algo “paranormal” va a suceder allá arriba—Entonces ella decidió explorar la planta baja.
    
    —El comedor se ve arreglado— continuaba hablando irónicamente — Los platos están en la mesa con los cubiertos en perfecto orden pero, por supuesto, todo está cubierto de telarañas y tiene una capa de polvo. No veo huellas de humanos, pisadas, manos o alguna pista de que una persona estuvo aquí. Quienes crearon la leyenda de la casa se esforzaron bastante por mantener la fantasía. Prosigo a pasar a la cocina—.

    —La cocina está justo como esperaba: desordenada. Hay platos sucios en el lavabo, la puerta del horno bajo la estufa está abierta, además de que algunas gavetas están abiertas de par en par y hay fragmentos de platos rotos en el suelo. Nada creativo, esto lo he visto miles de veces, es el estereotipo clásico de una casa embrujada de película de Hollywood— y caminó de regreso a la entrada, con la seguridad de quien está en su hogar.
    —Ahora subiré por la escalera, espero que en el piso superior al menos suceda algo más allá de una escenografía prediseñada... Conforme voy subiendo los escalones, noto varios objetos al azar tirados en ella. Veo un bastón, un sombrero, un maletín de esos que usan los doctores, unos zapatos de tela que bien pudo haber usado un vagabundo y…— Se detuvo un segundo y se inclinó para mirar bien el objeto que estaba tirado en el suelo. Se trataba de una diadema con flores que destacaba por su belleza—… Y uno que otro objeto interesante— La investigadora tomó la pieza y siguió subiendo hasta topar con la pared frente a ella, que dividía la escalera en 2 más pequeñas que llevaban a las alas principales del piso superior.

    Frente a ella, se encontraba un cuadro de al menos 2 metros de altura que llegaba casi al techo y ocupaba un metro y medio de ancho, todo cubierto por una sábana blanca agujereada, que se mecía con el viento — Prepárense para oírme gritar, porque cuando jale esta manta, algo me va a saltar encima— dijo burlonamente, tomó la manda con ambas manos y dio un tirón para quitar la tela, pero esta no se cayó. Estaba un tanto atorada en una orilla del cuadro. Así que intentó una segunda vez, pero jalando en otra dirección y la delgada sábana cayó suavemente al piso.

    La investigadora se quedó quieta unos segundos viendo la pintura, esperando que en cualquier momento algo brincara sobre ella y la asustara para salir corriendo de ahí y decirle a todo el mundo que en realidad la casa sí estaba embrujada. Su corazón latía fuerte y sus ojos estaban bien abiertos, sus piernas se paralizaron. Pero nada pasó. Conforme su cuerpo se fue relajando, pudo observar mejor el cuadro — E-El cuadro… aparece una, uh, mujer, un retrato de una mujer, de ropajes finos. Tiene un par de collares de oro con piedras preciosas, un tocado ornamentado…— Decía temblorosa, pero, conforme describía lo que veía, su seguridad iba aumentando.

    —Si bien el retrato concuerda con la edad de la casa y la leyenda, su buena condición hace sospechar de que es de fabricación más actual. Las manos de la duquesa, desde este ángulo, se ven aterradores, como si quisiera agarrar a la persona que estuviera enfrente— y dio un paso adelante hacia el cuadro— Si me acerco, el efecto es mayor, de hecho, a sólo 3 pasos de que mi nariz toque la pared, las manos parecen salir del lienzo, el detalle es exquisito— Entonces dio un paso más y las manos tomaron de la ropa y la jalaron dentro del cuadro. Desapareciendo por completo y antes de que el polvo se volviera a asentar, la sábana que la cubría se elevó por los aires, hasta regresar a su lugar original, dejando la pintura escondida y quietud en la casa, haciendo perdurar su historia por muchos años más.

FIN

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